Dime, diario, ¿qué día colgaba en la pared de la cocina cuando llegué a este lugar sin puertas ni topónimo posible, al que tanto llamo ciudad?
¿Por qué callas en momentos tan precisos y capitales, precioso diario? Querido cuaderno que rayo de vez en cuando sólo cuando ando dando el ganado
y nado y la dona es onda
que la retristeza del cobijú
sana en sus simas lamía asma
molerela en la telera
blástodita en la calavera
que sabe la trapalcali
Silencio en la habitación y demencial chorrito de baba (que temo tanto) está a punto de descolgarse de mi boca. Inerme veo las sombras jorobadas que tranquilas pasan sobre la colcha y escapan por la tenue ventana (que no hay en mi habitación)
que no haré
lo leo y trago
di no
di no
en mi cuarto
un foquito
lo forro con cuidado
con la taza nadie iba a pensar
anda bien
unos calzones en el baño
que están a punto de secarse y tener todo en orden para cuando aparezca el tren
todo
subir tan rápido como en el baño
rojitos que tengo en el ojito
y con el cual me agito
tengo un mojito
una cita
)

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