Hoy descubrí que existe un lugar que se derrite en medio de bochornosos abrazos de un viento hinchado de tanto sol
Un lugar hecho de humo y modorra donde el verde hierve y continua continua la modorra vive
Un lugar lejos de esta ciudad que se desploma, que se desplomamos
Abro la palma (de la mano) para ver las cicatrices de un trabajo malo:
el trabajo de ser en este mundo alguien
Sé que tengo que incluir aquí los más mínimos detalles de una existencia
mínima pero hoy dejaré las tristezas y descuidos en una caja para que se alejen y escurran por desagües largos y poco profundos
Esta noche quiero soñar con palmas altivas que miran de soslayo y que me recibirán en el lugar que acabo de descubrir
Quiero soñar que llego y digo con cortesía: Buenos días Lugar de Humo yo soy Darío y este es mi diario y este mi sueño
y ésta la vigilia que fornica con mis fatigas
¿Seguirás mi camino cuaderno mío, aún cuando mi destino sea la humedad que borre tus rayones y esponje tu cuerpo?
¿Acompañarías a Darío, diario mío hasta el fin del mundo aún cuando sólo prometo manchar tu rostro claro con mi tintas oscuras?
Si así ha de ser he de pedirte disculpas querido amigo mío:
siempre mis dedos están llenos de grasa de la cena o mojados con la saliva de la glotonería. ¡Lotería! Ong
También he de confesarte que en noches inquietantes detesto tanto tenerte bajo la cama
Las letras chillan mucho y tus palabras, que fueron las mías, no dejan de murmurar todos mis errores, todas mis altas faltas
Salta, sal de ahí pequeño bribón y discúlpame de una buena vez por:
rayarte
hojearte
abrirte
comprarte
verte
por pedir estas necias disculpas y no continuar con esa cosa que estaba haciendo
y que se llama LLENAR LAS HOJAS DE HUMO:
huelo el trópico, salado sí, húmedo también
Hojas de plataneras que se mueven somnolientas a causa del calor viscoso que funde las sienes, los cuellos y los sobacos
Querido diario, ¿irías al fin del mundo conmigo, aún cuando te dijera que el fin del mundo es el fin?

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